En su soledad, el tiempo transcurre lentamente y de
manera extraña.
Emilio de Gorgot
…el portero, frenético amante de los secretos
inútiles.
José Lezama Lima
Todo surgía como
de una sucesión compungida que se trasladaba con la lentitud de sombra al
mediodía, que se alargaba sin alcanzar nunca su punto critico, su punto de
quiebre o rompimiento, o volvía a contraerse como chirriando, desaceitada,
herrumbrada, se encogía con una elasticidad quántica, a la manera de un barco
que se va alejando escapando en el mismo punto de fuga del horizonte. Entonces,
por un instante de secreta revelación los objetos se hacían transparentes, lo
que debía suceder no sucedía, la memoria dejaba de registrar detalles y se
condensaba en un todo holístico de tacto-visión-sonido-olor-sabor, por un
nanosegundo el todo cabía por demás en un dedal de juguete. Tenía esa quietud mesiánica
(o carencia) que llegan a poseer los cubos de piedra canteados a cincel y
martillo pero que no alcanzaron a formar parte del empedrado de la calle y se
quedan eternamente varados en un jardín, enterrados en un bosque de mentira o
al pie de un jacarandá en alguna plazoleta cercana. El rincón más alejado
guardaba hasta bien entrada la noche las últimas hilachas desgarradas de los
arreboles del atardecer, era como ver el fulgor sordo de las brasas que han
permanecido aun encendidas en medio de las cenizas de una fogata no acabada de
apagarse en la oscuridad del nocturno sin luna. El conjunto de espacio tiempo sucedía,
acontecía, ocurría a la manera de la aciaga perpetuación de las eñes iniciales,
disperso como bandada de palomas atravesada por el ampuloso vuelo del tiuque,
deformado, raro, sin la consistencia esperada en la volumetría visible de la
realidad concreta, como si estuviera atrapado en un bucle de insospechadas
consecuencia, de impredecibles bifurcaciones que se abren alejándose entre si
como el ramaje del acacio cincuentenario que no brotó esta primavera o las
toscas raíces del ombú, sin ese tranquilizador atractor extraño que premoniza la
teoría del caos. Y era un inerte monolito de piedra negra en medio de los
temerosos homínidos. Y era un monolito negro desenterrado en la superficie
lunar ante la vista asombrada de los astronautas lunares. Y era un monolito
negro flotando silencioso en la órbita de Júpiter despertando un horror
ancestral en los astronautas planetarios. Y era un monolito negro, alzado a los
pies de la cama, majestuoso e inerte, que el viajero temporal contempló extasiado
en medio de su agonía. Mucho más abajo, siguiendo un sendero de lozas
pegmatíticas dormía el estanque invadido por las ostentaciones verde esmeralda
de las finísimas guedejas de las algas clorófitas, y en el, un breve y tardo cardumen
de kois soñolientos deslizaban sinuosos sus negros, blancos, rojos y
anaranjados, tan lentamente que a primera vista parecía que el tiempo no
estuviera sucediendo.
ya no es mas ciencia ficcion sino relalidad......el espacio es cada día "mas" infinito....como el amor o las matematicas......
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