sábado, 8 de diciembre de 2012

COMPOSICION DE LUGAR

En su soledad, el tiempo transcurre lentamente y de manera extraña.
Emilio de Gorgot

…el portero, frenético amante de los secretos inútiles.
José Lezama Lima

Todo surgía como de una sucesión compungida que se trasladaba con la lentitud de sombra al mediodía, que se alargaba sin alcanzar nunca su punto critico, su punto de quiebre o rompimiento, o volvía a contraerse como chirriando, desaceitada, herrumbrada, se encogía con una elasticidad quántica, a la manera de un barco que se va alejando escapando en el mismo punto de fuga del horizonte. Entonces, por un instante de secreta revelación los objetos se hacían transparentes, lo que debía suceder no sucedía, la memoria dejaba de registrar detalles y se condensaba en un todo holístico de tacto-visión-sonido-olor-sabor, por un nanosegundo el todo cabía por demás en un dedal de juguete. Tenía esa quietud mesiánica (o carencia) que llegan a poseer los cubos de piedra canteados a cincel y martillo pero que no alcanzaron a formar parte del empedrado de la calle y se quedan eternamente varados en un jardín, enterrados en un bosque de mentira o al pie de un jacarandá en alguna plazoleta cercana. El rincón más alejado guardaba hasta bien entrada la noche las últimas hilachas desgarradas de los arreboles del atardecer, era como ver el fulgor sordo de las brasas que han permanecido aun encendidas en medio de las cenizas de una fogata no acabada de apagarse en la oscuridad del nocturno sin luna. El conjunto de espacio tiempo sucedía, acontecía, ocurría a la manera de la aciaga perpetuación de las eñes iniciales, disperso como bandada de palomas atravesada por el ampuloso vuelo del tiuque, deformado, raro, sin la consistencia esperada en la volumetría visible de la realidad concreta, como si estuviera atrapado en un bucle de insospechadas consecuencia, de impredecibles bifurcaciones que se abren alejándose entre si como el ramaje del acacio cincuentenario que no brotó esta primavera o las toscas raíces del ombú, sin ese tranquilizador atractor extraño que premoniza la teoría del caos. Y era un inerte monolito de piedra negra en medio de los temerosos homínidos. Y era un monolito negro desenterrado en la superficie lunar ante la vista asombrada de los astronautas lunares. Y era un monolito negro flotando silencioso en la órbita de Júpiter despertando un horror ancestral en los astronautas planetarios. Y era un monolito negro, alzado a los pies de la cama, majestuoso e inerte, que el viajero temporal contempló extasiado en medio de su agonía. Mucho más abajo, siguiendo un sendero de lozas pegmatíticas dormía el estanque invadido por las ostentaciones verde esmeralda de las finísimas guedejas de las algas clorófitas, y en el, un breve y tardo cardumen de kois soñolientos deslizaban sinuosos sus negros, blancos, rojos y anaranjados, tan lentamente que a primera vista parecía que el tiempo no estuviera sucediendo.


1 comentario:

  1. ya no es mas ciencia ficcion sino relalidad......el espacio es cada día "mas" infinito....como el amor o las matematicas......

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