Te estoy buscando sin encontrarte
estés donde estés, en los pedregosos y desolados desiertos del sin ti, en las
junglas que rodean las ciénagas de tu ausencia, en las zarzas ardientes de las
últimas revelaciones, en las verdes gramas de tus antiguas primaveras, en el
cristal de la ventana donde amanecía tu sonrisa, en los mensajes encriptados
que quebraban tus silencios, en las rutinas donde podía vivir las mismas horas
de tus días, en los espejos por los que cruzabas sintiendo que mis miradas te
perseguían en los ojos del azogue, en esta soledad de ti que se enreda en los
atardeceres del otoño y no deja que el nocturno cabalgue por tus siniestras
oscuridades. Te estoy buscando en los portulanos de mis olvidados
descubrimientos, en las mareas que traen los cangrejos de las amarguras de no
ver tus labios decretando las tenues armonías de los rosales que se resisten en
sus rosas desvanecidas, en los amarillos enloquecidos de los girasoles que
cultivo para no olvidarme de tu piel envuelta en esas tibiezas, en el extraño
azul de las crisocolas de mis geologías vencidas y de las achicorias de la
infancia de potreros y el tranque de los valeros. Te estoy buscando en el frío
que cala los huesos y en el calor de los cuarzos y las micas de los granitos caolinizados
por las aguas de las lluvias milenarias, en el rescoldo del brasero y también
en sus cenizas, en sus brasas encendidas desde los años felices en que aun
llovía en el jardín de mi madre, en los misterios de la metamorfosis de las
mariposas y en la cauta persecución de las arañas, en la cadencia musical del primer
movimiento del primer Concierto Brandenburgués de Johann Sebastián Bach, en la
bruma de la camanchaca que atravesaba por la mañana allá en un norte donde
todavía no existías pero ya te adivinaba caminando solitaria por la orilla de
tu río de camalotes. Te estoy buscando cabizbajo para que no se note mi temor
de no encontrarte y parezca que busco las huellas de los escarabajos o los
senderos de las hormigas, y con los ojos bien cerrados porque te reconoceré sin
verte de tanto buscarte. Te estoy buscando y esperando sabiendo que tú lo intuyes,
lo sientes y lo sabes, y te seguiré buscando y esperando siempre como siempre
por siempre porque sé que en ese siempre tu también me estarás buscando. Vale.
Imagen: Fotografía del autor, Mayo 2013.
Exquisito!! En texto muy barroco, que sensibiliza...
ResponderEliminarEsas busquedas son siempre mutuas......todo es literatura aun asi parece ser real Muy hernoso....
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