Quiero
secuestrarte ebria o extasiada por un río de acuarelas en un viaje inesperado
cruzando nuestras selvas inexploradas hasta encontrar el océano de las sirenas
y las medusas, de los turbios celacantos y las esplendecentes noctilucas. Y seducirte
en una playa de arenas sin tiempo, de lentos oleajes sucesivos. Raptarte como
un feroz filibustero y llevarte en el galeón de todos los sueños por
navegaciones y naufragios donde tus ojos sean brújula, astrolabio y sextante, y
las líneas de tus manos el mapa del buscado tesoro. Por eso duérmete pronto
porque te buscaré en el sueño, para ir a caminar la noche por sus rumbos
inexplorados y esperar el deslumbre del amanecer en un parque solitario,
hilanderos, navegantes, en la vastedad del despuntar del día con sus cantos de
pájaros, sus rocíos esparcidos en el verde de los pastos, los ojos sin mirarse
para no caer en los hechizos de la dulce cercanía, pero atrapados en las
trampas de las voces que van buscando los verbos que irrumpan con perfectas ternuras
para hacer más brillante el bordado que se va urdiendo en medio de los
estremecimientos provocados por ese roce como sin querer de las manos. Avísame
por donde andarás soñando para encontrarte en alguna esquina donde se crucen
tus sueños con los míos y nos vayamos riendo y pintando las paredes con los
colores de tus ojos para que la ciudad de los cuarzos amanezca con un
resplandor distinto creyendo que la primavera se devolvió confundida por
nuestras risas a lo largo de la noche. Y vivir la hermosa convergencia de tu
sueño y el mío, verte venir entre floraciones nocturnas y puertas dormidas por
la ancha calle solitaria que la noche barre arrastrando hojas secas y papeles
con versos escritos por amantes dichosos, y todo se confunda en nuestro
carnaval de ilusiones, cuarzos y saltamontes, risas cómplices y rítmicos
latidos, grillos y resplandores, y así irnos esparciendo por lo muros de la
ciudad un terrorismo de verdes infinitos, explorando los matices de las
acuarela de tus ojos, verde enamorado, verde triste, verde ansioso, verde
madrugador cuando un sol distinto inicie la sinfonía de los pájaros al amanecer
y nos vayamos difuminando con su misma lentitud mientras corremos por las
calles, ahora pintaditas de tus verdes, despertando con nuestra algarabía a los
oficinistas y a las matronas, a los embaucadores y a las meretrices, hasta que
en la misma esquina de la cita ya no seamos más que dos siluetas transparentes
que vuelven felices cada una a sus propios sueños.
sábado, 2 de junio de 2012
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Verde que te quiero verde...verde de praderas,de árboles cómplices,de hiedras que trepan ansiosas,de sueños de niños correteando por las playas,de luces tenues en un amanecer distinto,verde de amores pintados con las miradas de ojos verdes que seguiran verdes hasta que las praderas verdes los cubran con el manto del recuerdo.........
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