«La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma». William Blake.
Anémonas monstruosas flores carnívoras con sus neurotoxinas paralizantes, y sus corolas vivas de colores extremos, románticos rosados, tenues verdes azulinos, rojos sangrientos, amapolas urticantes, ocres mimetizados acechando traicioneros, anaranjados oníricos, blancos y grises inofensivos. Anémonas venenosas, demonios tentaculares, hambrientos y esperando. Bivalvos encapuchados, ocultos y miedosos, filtrando como mendigos los restos y las basuras de un mar vivo y salvaje, aferrados con su biso cobarde a las rocas del sustrato. Erizos negros, púrpura, rojos, de perfecta simetría pentámera, con sus placas calcáreas y sus agudas púas móviles. Anémonas, mejillones, erizos, demonios, victimas, predadores bajo el oleaje de aguas transparentes y arenas blancas revueltas en el tumulto de cada ola. Algas verdes, rojas y pardas, fotosinticas, lánguidas y perfiladas en sus perfecciones primitivas siguiendo el vaivén de las aguas lunares. Caracolas como pagodas rastreras, pequeños caracoles multitudinarios, gasterópodos lentos, pacientes, dioses secretos de los fluctuantes bosques de algas. Anémonas, mejillones, erizos, algas y gasterópodos cohabitando las espumas y las corrientes. Estrellas de mar; cangrejos; esponjas. Medusas en sus vuelos acuático con sus tentáculos venenosos, ángeles gelatinosos, campanas de cristal vivo, perfecciones translucidas, joyas de colores imaginarios, fantasmas que llevan el sellos de la maldición de los ahogados. Territorios de sisigias y cuadraturas, de pleamares y bajamares, de mareas lunares y solares. Alevines atrapados en las pozas intermareales, sucumbiendo a las aguas calientes de un sol cruel e implacable. Horribles holoturias, pepinos, cohombros o carajos de mar, perdurando desde el Silurico, grotescos, repugnantes vermes hinchados de boca tentaculares reptando, nadando o flotando a merced de las corrientes. Capaces de sobrevivir al ataque de un depredador expulsando sus vísceras para que el agresor se distraiga comiéndolas, y después regenerándolas. Las esponjas o poríferos con su sistema acuífero de poros, canales y cámaras de digestión intracelular. Gorgonias con su aspecto de arbusto, colonias sésiles formadas por miles de pólipos en una estructura córnea flexible de forma arborescente e irregular que ellos mismos segregan, espiando con sus ojos proteicos y sus coloraciones circenses, rosadas, verdes, azules, rojas ocres, magentas, anaranjadas, amarillas, blancos y grises. Este breve universo oceánico que existe entre las máximas y mínimas mareas posee un tiempo cíclico, pitagórico, las miríadas de colores de un carnaval veneciano, las bestias de las pesadillas de Fuseli, las visiones fantásticas y el complejo simbolismo de las visiones de Blake, y la imaginería onírica de la desbocada inspiración surgida de las pesadillas infernales de Hieronymus Bosch. Vale.
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