“Vuestro pecado
abominable os prohíbe percibir mi esplendor... comenzó a decir. No lo
escucharon y lo atravesaron con lanzas”. El tintorero enmascarado Hákim de
Merv. Jorge Luis Borges.
En el principio creó los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano,
y el espíritu movía sobre la faz de las aguas. Entonces pensó en la luz, y fue
la luz. Vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la
luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y fue su primer día. Entonces pensó en
una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas, e
hizo la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda, de las aguas
que están sobre la Bóveda. Y fue así. Llamó a la bóveda cielos. Y su segundo
día. Entonces pensó en reunir las aguas que están debajo del cielo en un solo
lugar, de modo que aparezca la parte seca. Y fue así. Llamó a la parte seca
tierra, y a la reunión de las aguas llamó mares; y vio que esto era bueno.
Después pensó que la tierra produzca hierba, plantas que den semilla y árboles
frutales que den fruto, según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la
tierra. Y fue así. La tierra produjo hierba, plantas que dan semilla según su
especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto, según su especie. Y
vio que esto era bueno. Y fue su tercer día. Entonces pensó en que haya
lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para
servir de señales, para las estaciones y para los días y los años. Así sirvan
de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo. Y fue así.
E hizo las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y
la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas. Las
puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, para dominar en el
día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio que esto era
bueno. Y fue su cuarto día. Entonces pensó que produjeran las aguas
innumerables seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la
bóveda del cielo. Y grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que
se desplazan en las aguas, según su especie, y toda ave alada según su especie.
También pensó que la tierra produjera seres vivientes según su especie: ganado,
reptiles y animales de la tierra, según su especie. Luego pensó en hacer al
hombre a su imagen, conforme a su semejanza, y tuviera dominio sobre los peces
del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal
que se desplaza sobre la tierra, que fueran hombre y mujer (i). Y la vida en la
Tierra comenzó a desarrollarse a partir de formas muy simples, surgiendo de
pequeñas moléculas que interactuaban entre ellas mediante ciclos de reacción Y
estas moléculas se encontraban en pequeñas y simples cápsulas semejantes a
membranas celulares que con el paso del tiempo fueron volviéndose cada vez más
complejas (ii). Y en esto pasaron dos largos y lentos días de dos mil millones
de años cada uno, el quinto y el sexto, entre el azar y el caos, afanados tejiendo
la vida solo con las variaciones genéticas y la selección natural. Así fueron
terminados los cielos y la tierra y todos sus habitantes. En su séptimo vio que
había terminado la obra que hizo y desapareció bruscamente para siempre. Y ese
fue su último día.
(i) Génesis, Capitulo I,
Versículo 1 a Capitulo II,
Versículo 4. Fragmento muy editado.
(ii) Teoría de los principios simples. “5
teorías del origen de la vida”. http://www.ojocientifico.com/
El tiempo de Dios no son los tiempos del hombre, muy acertado escrito basado en el libro perfecto. Felicitaciones Maestro
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