Un texto de Francisco Antonio Ruiz Caballero.
(ligeramente, muy ligeramente ampliado, únicamente para la Revista Paradoxas en Exclusiva).
Gallos de malaquita. Gallos de lapislázuli. Iridio verde. Lirios negros. Potos exuberantes y caóticos palos de Brasil. Orquídeas de oro, svásticas verdes, escorpiones de antracita rabiosa, alacranes blancos, nenúfares en grupo, líneas de polinomio violeta, cárdenas lilas exhalantes, hormigas de plata y yeso, prolongación de minueto de rubíes, ácido y jacintos.
Relámpago que ilumina la noche, auroras boreales dulces, calor en el trópico, gladiolos para una Virgen negra, mixtura de violentísimas espirales, tigres escarlatas, panteras rosas y lobos de azufre rojo. Nudibranquios rosas y caracolas tornasoladas, caballitos de mar negros sobre gorgonias azules, una gota de absenta en un vaso de zumo de pomelo, diez gotas de absenta en un vaso de zumo de granadina. Jazmines abiertos en una noche de verano. Mayo lascivo, rosa, sangre, cisne.
Lilas naranjas sobre saxofones rojos, voluptuosas madréporas agitadas, corales rubios, oscuros resplandores de cemento perfumado, arabescos de oro puro, ramas de arrayán turgentes, curvaturas de centellas ígneas, levísimas libélulas violetas, timbres de berilo, campanitas de metal azul, lanzas de plata, nardos.
Pavos reales fucsias, con mil ojos rosas abiertos y feroces, estructura en equilibrio inestable, garza de fuego.
Gallos de malaquita fulgente. Gallos de lapislázuli tornasolados. Florencias de fuego. Sevillas de rumor agrio, emboscados atlantes de dulzura, cálices en los que hay un vino de topacio, estridencias de platino y osamenta, mercurio ardiendo, noche sin luna, rayo, sombra, jade. Gallos de los que manan chorros de agua perfumada, sangre que brota de gargantas turquesas, sangre verde, agua, licor de coco y anís. Estatuas de las que en su yugular cortada, se desangra un agua de rubíes. Orquídeas salvajes.
Crisantemos para una tumba de cisnes, geranios hasta la rabia. Ángeles, arcángeles, íncubos. Engendros de la mente humana. Integrales que buscan el equilibrio en las inecuaciones, ritmos de corte y luna, resonancias de fúlgidos diapasones, arpas y marimbas, música electrónica para un muchacho desnudo, gardenia y toro.
Gallos verdes, muy verdes, verdes, de malaquita oxidada, con polvo añil en las mejillas, verdes hasta lo rojo, azufre y nieve, o gallos azules, de lapislázuli, de cristal macizo, con toques de violín y piano. Celestes rabiosos e índigos de caramelo amargo, tapices dorados en los que se perpetran blasfemias, esplendorosas maldades de niño, dulzuras de aceite picante, exuberancias de plumas de piedra.
Eléctrica araña. Mercurio aterrorizado por el sol, invierno de hielo en Mercurio, hielo rosa, hielo azulísimo, jacintos de agua, esferas de arcilla perfumada. Equinodermos violetas. Septiembre en la Gomera. Carne de molusco quemado. Sulfuro de hielo.
Gallos verdes. Gallos azules. Gallos de oro. Ponientes en Siria. Rosas de jade negro. Rosas de calamina gris, rosas de ámbar, repeticiones de logaritmos de lluvia, simetrías antisimétricas, falsas aproximaciones a la muerte. Perla y azúcar, limosna para un ciego, luna sobre los estanques de la China, madreselvas terribles. Líneas de duro granito, damasquinados de pedrería. Ambición cercenada. Amapola y cuchillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario