“Nuestra apreciación del barroco americano estará destinada a precisar: primero, hay una tensión en el barroco; segundo, un plutonismo, fuego originario que rompe los fragmentos y los unifica; tercero, no es un estilo degenerescente, sino plenario,…” (i).
Proliferaciones insensatas, búsquedas inversas, diversas y perversas, incontinencias verborreicas, adjetivaciones extremas, minuciosas, descaradas. Manierismos decimonónicos, repeticiones machacantes, cursilerías de carnavales paganos y de romerías marianas. Excesos. Detalles y fragmentos fuera o dentro de contexto, desordenes y paradoxas. Inestabilidades verbales. Tautologías infantiles, elipsis, enumeraciones inusitadas o alephicas. Humo, hojarasca. Adjetivos que modifican, disgregan o califican los sustantivos heroicos, las cosas innecesarias, los seres intranquilos, las almas concretas de los meros objetos. Asombros. Imaginarios desbocados, desaforados, desquiciados. Palabras secretas, cifradas, palabrotas de puertos, de lenocinios, de mansiones versallescas, verbos desafiantes, bizarrías. Prisma de infinitos colores, catalogo de texturas, abigarradas colecciones geológicas, entomológicas, gemológicas, microscópicas o museológicas. Artículos necesarios, pronombres codificados, abundancia de preposiciones, adverbios triaxiales, nunca interjecciones y demasiadas conjunciones. Reinas de barajas, palitroques condecorados, príncipes bastardos. Exploraciones diccionaricas, ruidos gramaticales, tumultos retóricos. Desestibaciones. Invenciones, desbordes, torrentes en verbigracias, flujos de pensar florido. Medusarios, galaxias y paradisos, artificios, artesanías, arteros arqueros, arcontes apátridas. Herejías y sacrilegios, obviedades lingüísticas. Miméticas. Deformaciones poéticas y arbitrarias de la realidad, metáforas sobrecargadas, imágenes hermosas, maravillosas, asombrosas e inquietantes, elaboraciones y reelaboraciones. Fantasías, alegorías, imaginaciones irracionales, sueños o pesadillas. Insanías. Mansedumbres de crótalos sangrantes. Utopías ancestrales, botánicas primordiales, zoologías parciales de cobras, colibríes y cocuyos. Lo real maravilloso. Reescrituras, plagios, apropiaciones anónimas. El frío de la noche tenía incrustaciones de violetas (ii). Cubanización del idioma de algunas de las españas, el malecón de La Habana por las ramblas de Barcelona, el mambo por el flamenco, y el Che por el Cid. Lezama Lima por Góngora y Quevedo. Revelaciones y rebeliones. Arte de la contraconquista. Polifonías, carnavalizaciones y parodias. Intertextualidades. Finísimos filigranas, absurdos, voraces, estrafalarios. Palabras amaneradas, exageradas y retorcidas. Devoración consentida del significado por el significante. El travestismo y la metamorfosis. Catedrales sobre templos, mármoles sobre piedra. Incienso sobre sangre. El comienzo de América fue barroco. Y el Barroco en América, un comienzo (iii). Lo kitsch, lo queer, lo camp, lo mágico de esta otra realidad, lo onírico vivido hasta el hartazgo, el horror vacui, lo latinoamericano, lo indoamericano, lo hispanoamericano, lo Not American. Gárgolas y tragaluces. Lo barroco, lo neobarroco, lo transbarroco, lo ultrabarroco. Exageraciones barrocas. Variaciones barrocas. Barroco, barrueco, perla de forma irregular, joya falsa. Barlocco o brillocco. Barro-coco. Baroco. Artificioso y pedante, confuso e impuro, engaño, capricho, extravagancia del pensamiento. Búsqueda de la palabra, de las palabras, para construir desconstruyendo el poema o el texto, indagaciones semióticas, escrituras/lecturas, extradescripciones e intradescripciones. Afanes. Barroco nuestro que estas entre nosotros y el cielo…, etcétera.
Bibliografía.-
(i) La Curiosidad Barroca. José Lezama Lima. 1957.
(ii) Pequeño relato de fantasía. Variación. Francisco Antonio Ruiz Caballero. 2006.
(iii) América barroca: De Lezama a Sarduy. Socorro Jiménez. 2006.
siempre me asombra la falta de comentarios pues los visitantes son muchos!!! En fin: la calida sobra Maestro!!!
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