“Todos estamos ebrios de algo...”
TuLuz. Del blog La Embriaguez de la Mariposa.
Toda mariposa
será castigada en su vuelo y su afán, la de alas transparente que vive en los
jardines de los sueños, la de negro terciopelo que revolotea y arde en las cenagosas pesadillas del desengaño, y también
la inquieta escarlata que habita los insomnios como un breve demonio. Las diurnas,
y las nocturnas, las humildes polillas y las sofisticadas esfinges, todas verán
caer el sol un día sabiendo que ya no les será dado el próximo amanecer ni sus flores
ni su polen, ya no habrá orugas escribiendo en un alfabeto de curvados
caracteres recortados en las hojas de los limoneros. Ya no habrá hermosas y
aladas momias resecas atravesadas por un alfiler bajo una lapida de cristal
mortuorio, ni alas colorinches embalsamadas entre las páginas de los ajados poemario
de aquellas juventudes de sueños y primaveras. Se irán de los mariposarios del
duelo, del canto o arrullo perseguido, de sus migraciones sinsentido, de sus
hibernaciones inútiles, de los altos oyameles con su rumor de frágiles alas de
papel y sus revoloteos suspendidos en su último atardecer. Desaparecerán las crisálidas
colgantes de los hilos de seda, las quietas mariposas de origami, la mariposa del
Chagual y la poética mariposa de otoño,
y también la turbia mariposa del caos que hace nacer las tormentas y provoca en
las antípodas terribles sequías. Tristes estarán los cardenales sin la mariposa
del geranio, y los niños de Michoacán sin las millones de monarcas siempre
yendo y viniendo, desolada quedará la memoria del jardín de mi madre sin las
mariposa blancas escondidas entre el intenso morado de sus dalias. No volverán
con sus calcinados vuelos violáceos, purpúreos o anaranjados las mismas mariposas
sucesivas con su linfa congelada en el instante en que dejaron de volar, con el
néctar cristalizado en la sed equivoca de sus fugas. Castigadas serán en un
infierno sin fuego, sin luz, sin estambres ni pistilos, donde un aire denso,
gelatinoso, dejará sus alas muertas sin vuelos ni aleteos ni revoloteos, ni
juegos de colores entre las corolas de colores, allí donde una penumbra
pegajosa y purulenta va aplastando las alegrías inconsistentes y las penas de
los días ligeros. Solo volverán las
oscuras mariposas del delirio, con sus misterios y sus espantos buscando una y
otra vez la trampa esquiva, invisibles en el contraste con la luz del ventanal,
volverán, arrastradas por la ventolera de su destino para volarvagar sin luna dividiendo
la noche en dos perfectas mitades; la una de plena ausencia y la otra de doloroso
silencio. Esas sí volverán.
si volvieron las oscuras golondrinas, porque no habrian de volver las mariposas?
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