“El saber de la imagen, verdadero perspectivismo
neobarroco, nos involucra en sucesivos descubrimientos y en nuevas fundaciones,
al tiempo que impugna logocentrismos excluyentes.” De los resurgimientos del
barroco a las fijaciones del neobarroco literario hispanoamericano.
Cartografías narrativas de la segunda mitad del siglo XX. Cristo Rafael
Figueroa Sánchez, 2006.
Un abad de negro
pernicioso va misionando entre las cholas para defensa del embate de los
morenos bajo la premisa de indagar toda fogalera en esa casta sin abolengos ni
sosiegos, con acumulaciones insensatas de trastos y escorias, desde el
feminismo violento y fundamentalista de Paquita la del Barrio hasta el grabado L’Arc Obscur des Heures de Matta donde
juegan azules pálidos, celestes y verdiazules y blanco agrisados, en un
horizonte demasiado lineal de un mar detenido, columnas y lapidas, nubes, hay
un verde esmeralda abajo y la silueta deformada de un asno en un marrón oscuro.
Y a lo lejos los cerros en la orilla de un océano que posee todos los azules
posibles de cielo y mar entre los altos vuelos de gaviotas y pelícanos y
piqueros, los breves verdes vegetales de la Pampilla, por acá canta un muecín
invisible desde el minarete de la mezquita y en nocturna la luz faro desde la
cruz del milenio, y un oleaje prehistórico y transoceánico en ese puerto de
piratas y de grandes barcos cargando negro hierro. Una dulzaina canta derrama su
hilillo dorado en el atracadero de las góndolas, un bajel sale de la bahía
iluminada por el atardecer de rojos y anaranjados, perfilada sombra que navega
en una mar plateada sobre peces escondidos. En el antiguo escritorio de caoba
un atlas de geografías secretas desde donde escurren las ardientes arenas de todo
un desierto alzado, hordas de esclavos persiguiendo a sus amos, alfanjes y
túnicas y babuchas. Atrás, en el muro sin tiempo, una tapicería antigua con una
escena de alta cetrería, allá un jarrón Showtime de un azul brillante, dos
cajas de lapislázuli con los bordes en bronce, una sobre la mesa oscura y otra
sobre dos libros, un pavo de plata y un carnero de níquel, una mesita con
cubierta de ónix y sobre ella un bonsái piedra dura, una pareja cisnes de
marfil y tres cubos cristal de roca ahumado, lo demás; el ave fénix en cobre y
con incrustaciones de lapislázuli, la garza en lapislázuli macizo y cuarzo, y
peces de pirita, rodean fantasmagóricos la escultura en mármol negro de un
ángel muerto a los pies de un busto de
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo en mármol blanco con la inscripción
“Me duele una mujer en todo el cuerpo”.
En la habitación muy iluminada, con altos ventanales que dan al mediodía, el
mismo abad de negro dañoso lee entre asustado e incrédulo una traducción
clandestina del Bhagavad Gita.
Fotografía: Lycy_Lee-ITC_234_062 (detalle), de la
serie Lucy in the Crack 04/04 by Huebman, 2008.
Recuerdo ..deje a un hombre. Nos encontramos para despedirnos...intercambiamos libros y el pensativo me dijo:
ResponderEliminar"...lo que mas me va a doler es la ausencia de tu piel...."