Vertido será el año en sus memorias desvaídas, irá perdiendo los
detalles, la nitidez de sus contornos, la solidez de las mejores horas se
disgregarán en arenas o arcillas o cenizas. Faltaron unas siluetas en los
parques bajo los atardeceres o entrando la noche, faltó el amor que todo
endulza y hace perenne los instantes o los pasos a través del plenilunio, faltó
la palabra mejor escrita conjugada en la emoción, que no vino, y los verbos del
asombro, la fugacidad de lo cotidiano en los vestigios del entorno perecedero,
faltaron ensueños y quebrantos para que las estaciones cumplieran sus designios
de garúas o escarchas y ciruelos florecidos, de trigos maduros y lluvias sobre
la hojarasca. Ya se disuelve el día último, el nocturno avanza hacía la primera
madrugada, se repasan sin mirar atrás los sucesos y los sueños, lo ganado y lo
perdido, lo que pudo ser y lo que ya no fue, la suma es alegre, lo que cuenta
es lo vivido, la sensación de estar vivo, las miserias y la penas se vuelan con
el tintineo de las copas y asumen el color del vino. Hay una quietud establecida,
como un muro o las piedras, una intensidad latente sin congojas ni sonrisas, y
un vaho turbio que va envolviendo la hora que sucede como una ola hacia la
rompiente. Alguien mira el reloj y se pregunta si lo que vendrá tendrá el mismo
signo de los recuerdos que ahora se abandonan, si el café y el tabaco
conservarán sus sabores y sus aromas, lo demás no importa porque es tierra
quemada. Una esperanza chiquita parpadea escondida en la fresca oscuridad del
jardín de las rosas, (antaño eran dalias y la soledad aun no tenía nombre), quizá
este sea el año de esa boca que perdura en los besos que prometieron los
tiempos por venir. Será eso o la risa niña de la Emperatriz de Todas las Reinas
que llena la casa de su tierna alegría, la cosa es que yo sigo buscando entre los
últimos silencios del año las voces perdidas, los ecos de las siluetas sin
rostro y las músicas que desterraron antiguos olvidos.
Diciembre 31, 2015, 22:32.
Imagen: Quebrada Salar del Carmen. Antofagasta. Fotografía del
autor, Diciembre 2015.