miércoles, 5 de agosto de 2009

EMANUEL

Nació cuando terminaba el siglo diecisiete en una de las catorces islas de la ciudad de los cincuenta y siete puentes, entre un lago de aguas siempre frías, y un mar de hielos y ámbar. De niño se apasionó por el todo Universo y su quizás solitario habitante, el Hombre. Observaba, estudiaba e intentaba entender los mecanismos, las fuerzas y los influjos que regulan la vida y su misterioso comportamiento. Por eso primeros años, buscando respuestas a sus preguntas sobre la fe, la vida eterna, la ubicación precisa del alma, se relacionó con el mundo adulto, pero descontento con las respuestas a sus inquietudes, comenzó a experimentar en si mismo, logrando ya a esa edad temprana, mediante la respiración, el acceso a estados de conciencia modificada o de trance. De joven tuvo una desilusión amorosa y nunca se casó. Fue encuadernador, hidrógrafo, fisiólogo, astrónomo, relojero, lingüista, biógrafo, poeta, editor, psicólogo, filósofo, matemático, geólogo, metalúrgico, botánico, químico, físico, ingeniero en aeronáutica, dibujante, músico, cristalógrafo, maquinista, carpintero, legista, ingeniero de minas, tesorero, cosmólogo, teólogo, y un gran viajero. Fabricó él mismo sus propias lentes ópticas, su telescopio y su microscopio, para explorar lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño, como políglota llegó a hablar quince lenguas, además de ser un aventajado músico de órgano y un delicado artesano en marquetería, ese antiguo arte hindú de pintar con pequeñas maderitas de diversos colores y texturas una figura sobre una superficie de madera. Hizo los planos de un avión, de un submarino y de un planeador, y diseñó bombas de aire, varios equipos para uso en minería e instrumentos musicales. Contribuyó a la ingeniería del dique seco más grande del mundo, y alguna vez transportó un barco por encima de una montaña. Descubrió la función de las glándulas endocrinas, el funcionamiento del cerebro y el cerebelo, escribió un notable y avanzado estudio sobre la circulación de la sangre y sobre la relación del corazón y los pulmones. Realizó estudios sobre suelos y barros, estereometría, álgebra, cálculo, hornos metalúrgicos, magnetismo e hidrostática. Fue el primero en lanzar la hipótesis de la formación nebulosa del sistema solar, e incluso llegó inventar un sistema decimal monetario que sirve también para el estudio de la cristalografía. Publicó libros sobre matemáticas, geología, química, física, mineralogía, astronomía, anatomía, biología, y psiquiatría. Hasta los sesenta y un años había escrito ciento cincuenta y cinco obras en diecisiete disciplinas diferentes, varias de las cuales él mismo había fundado. Entonces, entendiendo que ya poseía todo el saber del mundo físico y natural que era posible, comenzó el descubrimiento del mundo espiritual a través de un viaje al interior de sí mismo tratando de alcanzar y entender el alma, y a los cincuenta y seis años, abandonó sus investigaciones científicas para dedicarse enteramente a la investigación teológica, psicológica y filosófica con el fin de descubrir las claves de la espiritualidad racional. Lo que de seguro alcanzó pues en un pasaje de uno de sus numerosos libros escribió: “Me ha sido dado ver el modo en que aparece el Señor como sol ante los ojos de los ángeles”, y describe con muy precisos detalles tal experiencia. Pero de sus revelaciones teológicas o sus delirios místicos, no atenuados por la maravilla o el asombro, argumentó mucho mejor Borges en una conferencia que impartió dos siglos después de su muerte. En esta su segunda vida, la del teólogo y místico, alcanzó a escribir otras doscientas ochenta y dos obras. Murió a los ochenta y cuatro años un domingo a fines de un mes de marzo del siglo dieciocho. Debió ser el último hombre que abarcó todo el conocimiento de su época. Refutando públicamente a Voltaire, quien dijo que el hombre más extraordinario que registra la historia fue Carlos XII, aquel viejo poeta ciego declaró que quizá el hombre más extraordinario fue este Emanuel, el más misterioso de los súbditos de Carlos XII.

1 comentario:

  1. Me gustaria publicar esto en La Virgen........pero desearia saber si es reescrito por usted o a quien debo escribir como autor

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