sábado, 12 de enero de 2013

A POR TUS RUMBOS

Destrabo las fuentes del insomnio y del vértigo, la medula anular de la madrugada que no llega, el cilicio del insomnio de ti con sus arenas y sus ortigas, me cimbro atracado a tu puerto como esos viejos barcos cansados y llenos de herrumbres que han recorrido tantos mares que ya los olvidaron y solo buscan un fondeadero para volver a ser hierro disuelto en la salazón de las aguas de ese mismo sueño, de ese mismo océano, de ese mismo horizonte, de ti misma (mía) esperando el poderoso amanecer soleado con tus palabras y las gaviotas del encuentro para resarcirme por este extenso desierto que atravieso sin ti. Pero cuando te alcance, cuando te atrape, cuando te secuestre y te siembre en los territorios de mis semillas te voy a hacer morir de besos, de lenguas trabadas, de salivas embebiendo los labios, de bocas anegadas de nosotros, de misteriosos trabalenguas intraducibles susurrados mientras nos morimos de esos besos, de esos besos salados de timonel extraviado ebrio de ti sirena lamiendo la sal de tu piel bajo tu desesperación en desamparo, palmo a palmo como un denso caracol enviciado en la noche que irá a saborear las ultimas sales marinas de tu cuerpo dormido, frágil, expuesto vulnerable e indefenso al morboso frenesí de mis deseos oceánicos. Tuerzo rumbo de velero en borrasca y me aboco a tu persecución marina invocando todas mis artes de mar y el velamen alzado a contraviento, sigo los signos de las estrellas, el vuelo de los cormoranes, descreo de brújulas y astrolabios y sextantes, enrumbo por las aguas zainas de un río ancho y desconocido a contracorriente de misteriosos camalotes. Allá tú, con tus furias desatadas, tus rencores sulfurados, tus salivas ácidas que corroen todo lo que tocan, tus recatos y pudores de mariposa y tu infidelidad, mía, de libélula embaucada, porque insistiré en el oscuro, pervertido y dulce placer de sentir tus garras uñas en mi piel rasguñando hiriendo sajando hasta sentir mi propia sangre escurriendo vertida por tus celos incontrolables. Destrabo y tuerzo sin sosiego para alcanzarte en las islas de tus furias, atravieso atardeceres incrustados de las rosas furtivas que sustentan la plenitud ostentosa de tu piel, cruzo desembocaduras equivocadas donde te pierdo entre cañaverales y ciénagas, destrabo, tuerzo, atravieso y cruzo vértigos e insomnios, recojo vestigios de tu continente para convencerme que estás poco más allá esperando al naufrago que aparecerá por el levante para venir a morir de besos en tu boca. Vale.

1 comentario:

  1. cruzo desembocaduras equivocadas donde te pierdo entre cañaverales y ciénagas, destrabo, tuerzo, atravieso y cruzo vértigos e insomnios, recojo vestigios de tu continente para convencerme que estás poco más allá esperando al naufrago que aparecerá por el levante para venir a morir de besos en tu boca. Vale.
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    que bellas figuras,que hermosas descripciones de fantasias y desesperos a la distancia invisible a la muerte-vida....al océano implacable.

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