Para F.A.R.C.,
aquel cuyo dios lo enmudeció para negar la insoportable belleza de su verbo.
Esta lila se deshoja,
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.
(i)
Negada es tu voz
amigo desde los luminosos laberintos de tu sublime locura con sus iridiscencias
y sus monstruos medievales, negada a tientas, porque los ecos de tu barroco
sevillano perdurarán en las memorias de los que se atrevieron a perforar tu
mágica demencia y miraron desde acá abajo el abismo insoportable donde te
zarandeabas sobre la cuerda de tus delirios como un equilibrista que cree que
puede volar, y posee el imaginario, el verbo y los asombros necesarios para
negar la imposibilidad de los verdes saurios del infierno, las mariposas
sangrientas y los gatos escaldados, así, sin más, como si tu palabra fuera
creando a tu alrededor lo que tu desaforada imaginación iba extrayendo con
intensidad de demiurgo de tus oscuros desvaríos, andarás combatiendo contra tus
demonios persistentes en algún tugurio de mala muerte allá por los arrabales de
un cielo desvencijado donde un dios te mira con los ojos tristes de mal padre,
seguirás (d)escribiendo los mundos de tus sueños fantasmagóricos, las visiones
inverosímiles de tus alucinaciones enfermizas, los textos de fábula del
desterrado voluntario en los que cada objeto, vestiglo, color, insecto o flor
que describías volvía a esta mísera realidad más brillante, pulida por tus
geniales arreboles y a la vez carcomida por la dolorosa extracción de la piedra de la locura.
(i) “Vértigos o
contemplación de algo que termina”, poema incluido en 'Extracción de la piedra
de locura', Alejandra Pizarnik, 1968.
Nota del autor.-
Escrito en mismas doscientas dieciséis palabras.
Imagen: “La Extracción de la piedra de la
locura”. Óleo sobre tabla, de 48 x 35 cm,
del pintor holandés El Bosco (Hieronymus Bosch) o de un seguidor del maestro,
realizado entre el 1475 y 1480.
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