sábado, 28 de agosto de 2010

BREVEDAD DE HOY

Te beso con la ternura mas dulce que poseo, para dejarte soñando mis labios en tu boca y dejarte con la piel en ascuas esperando la mía, y tu pelo embebido de mis caricias chapoteando en el aguardiente de tus deseos escondidos en las misteriosas y fragantes flores que habitan el jardín nocturno donde sueles caminar mientras duermes con los ojos abiertos a la espera de todas las primaveras que te deben los soles que dejaste pasar viviendo otras vidas que no eran tus vidas, sin saber ni los rumbos ni las estaciones, sin adivinar que yo te buscaba en ese mismo jardín donde tu no llegabas nunca, entre amaneceres y estíos, entre tumultos y vísperas, entre inviernos y follajes, ahí, siempre ahí, hundido en atardeceres y crepúsculos acechando tu paso de ninfa incesante, de alga entristecida, de enredadera de flores blancas y pequeñas, de lucecitas de luciérnagas en el bajo hacia el río, y el agua fresca erodando las piedras a la sombra de la arboleda donde jugabas de niña nombrando las mariposas por su nombre y la libélulas por su apellido, allí, ahí, donde siempre, te beso con toda la ternura destilando esta lluvia cristalizada en verbo que va a sitiar al fin tus labios hasta que te me mueras de amor y para siempre en mis brazos. Vale.



Nota.- En efecto, “erodar” es la versión irreflexiva y errónea del verbo inglés “to erode”, que los de Bolombolo, Túquerres, Cajicá, Mapiripán, Maicao y Manizales traducimos por “erosionar”. Como “erosión”, en su acepción primaria, significa “desgaste o destrucción producidos en la superficie de un cuerpo (o de la tierra) por la fricción o por otros agentes externos”, sus sinónimos son “estropear, deteriorar, desgastar, lastimar, inutilizar, arruinar, minar”, etc.

Jaime Horta Díaz

Presidente del Colegio de Abogados de la Universidad Nacional de Colombia



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