domingo, 5 de junio de 2011

CAELUM VACUUS

Tengo fe, rezo, pero hay contradicción porque siento que Dios está lejos cuando veo las noticias. María José Prieto, actriz.

Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Apocalipsis 20:12.

Gira silenciosa una esfera verdiazul, un geoide de piedras, de arenas, de limos y arcillas cubierto en parte por una delgada membrana de compuestos de oxígeno, carbono, hidrógeno y nitrógeno, algo de fósforo, un poco de azufre, y pizcas de sodio, de cloro, de hierro y de magnesio. Miríadas de vegetales, animales, hongos, moneras y protistas nacen, crecen, se reproducen y mueren. Y la esfera sigue girando inmutable en medio de un cierto cielo que imagino gris donde habita un solo dios muy triste entumecido por una bruma azul. Un dios antiguo y un cielo abandonado, de altas ceremonias inútiles, de intrascendentes consecuencias. Hay un revoloteo de ángeles marchitos que murmuran hastiados su vana gloria entre miserables y difusas sombras que lo adoran. Un esplendor ajado de mármoles viejos, de oros sangrientos y bronces patinados, de mustias flores y cirios consumidos, rememoran una época de profetas iluminados, de templos destruidos y de poderosos pontífices. Allí, ese dios, ajeno y cansado, soporta impune sus achaques de mala vejez esperando impaciente el fin de los tiempos. Que vendrán. En el principio creó Dios los cielos y la tierra. In principio erat Verbum et Verbum erat apud Deum et Deus erat Verbum. Y en medio del tumulto angelical, la fanfarria de santos fugados de sepulcros blanqueados, de justos ingenuos y secretos pecadores, bosteza Aquel que es nombrado por sus veintiún nombres bíblicos ; Adonai, El, El Elohe Israel, El Eyon, Elohim, El Olam, El-Roi, El-Shaddai, Emanuel, Jehová, Jehová Jireh, Jehová Mekaddesh, Jehová-Nissi, Jehová-Rafa, Jehová-Rohi, Jehová-Sabaot, Jehová-Shalom, Jehová-Shammah, Jehová-Tsidkenu, Yahvéh, y YHWH (i), y sus noventa y nueve nombres islamicos, El Único, El Más Misericordioso, El Más Compasivo, El Supremo Soberano, Más Santo, La Fuente de Paz, El Dador de Fe, Protección y Seguridad, El Protector y Guardián, El Incomparable y sin paralelo, El Comandante, El Supremo en Orgullo y Grandeza, Creador, El Administrador y Hacedor, El Forjador, El Muy Perdonador, El Dominador, El Dador de Todo, El Proveedor y Sustentador, El Sustentador, El Omnisciente, El Despojador, El Que Da Abundantemente, El Que Da Humildad, El Exaltado, El Dispensador de Honores, El Que Humilla, El Oyente, El Veedor de todo, El Juez, El Justo, El Sutil, El Todo Pendiente, El Paciente, El Magnífico, El que esconde las faltas, El Que Recompensa el Agradecimiento, El Más Grande, El Verdadero Grandioso, El Preservador, El Mantenedor, El Considerado, El Poderoso, El Generoso, El Observador, El Respondedor, El todo Comprensivo, El Sabio, El Digno de Ser Amado, El Majestuoso, El Resurrector, El Testigo, El de la Última Verdad, El Digno y Último de Confianza, El Poseedor de toda Fuerza, El Firme, El Gobernador, El Que Vale la Pena, El Calculador, El Dador de Vida, El Originador, El Restaurador, El Tomador de Vida, El Por Siempre Viviente, El Existente por Sí Mismo, El Que Es Único, El Glorificado, El Fundador Sin Necesidades, El Satisfactor de toda Necesidad, El Todo Poderoso, El Dador de Poder sobre las Cosas, El Que Causa Avance, El Que Causa Retraso, El Primero, El Último, El Manifestado, El Oculto, El Que Tiene Cargo sobre Todo, El Más Altamente Exaltado, El Benéfico, Que Acepta el Arrepentimiento, El Vengador, El Perdonador, El Más Compasivo, El Poseedor de Todo, El Señor De La Majestuosidad y la Generosidad, El Proveedor de Equidad, El Recogedor, El Independientemente Rico, El Enriquecedor, El Que Previene el Daño, El Creador De lo que hace Daño, El Creador de lo Bueno, La Luz, El Creador De La Guía, El Originador de la Creación, El Siempre Eterno, El Último Heredador, El Maestro Correcto, y El Paciente. Ciento veinte nombres y un solo dios nomás, sin poder, sin omnipotencia, sin teología, sin pena ni gloria. Alabado sea ese dios en la inmensidad de su gloria que no nos deja ver su luz pero tampoco sus sombras. Alabado sea ese dios en la inmensidad de su ausencia que enceguecido por su propia luz tampoco ve nuestras sombras. Entonces, bienaventurados lo que saben (o intuyen) que todo es mentira, que nada es amor, que al esferoide oblato ocre, verde y azul nada le importa; ¡Yira! ¡Yira! en su imponente y majestuosa soledad. Allāhu akbar.

(i) Dicho nombre representado en caracteres hebreos cuadrados por las cuatro letras, leído de derecha a izquierda, se translitera en español como YHWH, YHVH, o JHVH, leído como Jehová, Yavéh, Yaweh y de otras maneras, es la forma causativa, el estado imperfecto del hebreo (ha·wáh), que se traduce como “llegar a ser” o “la causa de que llegue a ser”, “el existente” o “el que soy”. Sin embargo, el verbo hebreo ha·yáh se deriva de la palabra ´Eh·yéh que no significa simplemente “ser”, sino “llegar a ser”; y entran en él los tres tiempos del verbo ser en hebreo, “hayáh” (él fue), “hoveh” (él es), “yihyeh” (él será), no solo el modo presente. Por lo que el nombre de Dios, el de “llegar a ser” o “la causa de que llegue a ser”, implica el cumplimiento de un propósito definido para el bien de la humanidad. Por eso se lo llama “el Dios de toda la tierra”, no solo de Israel.

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