domingo, 8 de abril de 2012

LO QUE NO VIERON TUS OJOS

Lo que no vieron tus ojos. Algo que vence al agua en sus matrices minerales, que desarma sus partículas y las convierte en perfumes de salamandras, en un aroma denso de algas arrepentidas, que irrumpe con la fatalidad del hastío, socava fluyendo entre piedras y en las arenas sumergidas, que fosforece en los infusorios cuando la luzdelunallena se atreve a despeñarse entre las nalcas y los hinojos. Una vetustez de fragmentos de cantaros de greda, de nidos abandonados, de antiguos frascos de colores antiguos, de hierros ennoblecidos por el orín de notorios inviernos, de un ajedrez de piedras subterráneas, de un agua que no encuentra su origen bajo el venerable miosporo. El agua desarmada, el confín de las lupas y los espejos, el triptico de las enredaderas y los geranios en fila de colores incesantes. El palto muerto descortezándose en la lentitud de su muerte inapelable, estallando en lonjas de corteza, floreciendo en sus leñas rajadas, dejando ver su madera escondida, suave anaranjado tirando a ocre bajo el cuarteado ajedrezado de la cáscara escamosa gris marrón como la piel de un reptil reseco. El eucaliptus torcido sigue susurrando los arrullos de viento. Es otoño, otra vez. Hay tantos muertos pequeñitos en los rastrojos del delirio, tantos pájaros hurgando los sonidos del otoño alcanzado. Todo viene a ser un catastro de deslumbres, un listado de ausencias y piedras enterradas. El agua dulce de los picaflores espera, el remolino de vistosos colores gira con su alegría tristona de carnaval en fuga. El antiguo muro de adobes va dejando que se escriban en el las escrituras de grietas y musgos, de barro sobrepuesto, de desconchados, de pequeñas cárcavas, de erosiones y desgastes, la historia de las sucesivas estaciones en los idiomas o dialectos del barro, las marcas arguméntales del pasado. Duerme vetusto en sus arcillas, hierático como una semiderruida muralla babilónica. Hay un hábito de extinción, de último navegante, de fósil sobreviviente, de timonel extraviado en la veleidad de su propio naufragio. En su entorno se erige una ciudad de laberintos y arcángeles y falsas santerías con borrosas iconografías equivocadas, de pagodas y mezquitas, de sinagogas y basílicas, de iglesias y catedrales, de santuarios, de grutas, de templos invocantes, pero todo vacío, sin deidades ni santos, ni yesos sagrados, ni ídolos ni efigies reverenciadas. El agua se derrama perseguida, se vierte con sus algas en verdor de raras crisocolas, escarbando las piedras de su origen. Vale.

Fotografía: F.S.R.Banda, abril 2012.

1 comentario:

  1. Es posible que no sea necesario ver.Intuir,adivinar, percibir,descubrir,penetrar.Adentrarse en algo.Amar.

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