viernes, 18 de octubre de 2013

ENSOÑACION (CHLOÉ)


Es en la penumbra fresca y plácida de una habitación quizás no imaginaria, las cortinas cerradas como pétalos nocturnos, nosotros sentados frente a frente, sin malicia ni deseos, como en un florecido paraíso antes de la serpiente, nada más existe que el tú y yo inaugural, tu cuerpo vestido con esa placidez pura y sin pecado de manzana roja o rosada magnolia, sin pudores ni temores, sin recatos puritanos ni burdos desparpajos. Las miradas buscan los ojos para besarse apenas en el rito de la intención, antes de la celebración inconclusa que irá a buscarnos en los fondos marinos, en los acantilados del viento, en las selvas olorosas a orquídeas. Te observo, macho tímido, al alcance de mi mano, recorro tu cuerpo como el de la esfinge de un espejismo, inalcanzable, ilusorio, negado. Sonríes. Tu mirada vaga por mi semisombra con esa infinita ternura que me viste y me desnuda sin atreverse. Sonrío. La tarde va sucediendo ajena, sin entrar en la habitación de la penumbra. A veces hablamos en el idioma indescifrable de los caracoles en celo, o por señas en los mohines de tu boca y en la insistencia de mis miradas. Todo tiende a una culminación necesaria o perseguida, pero seguimos quietos mirándonos a través de ese espacio pequeñito que nos separa. Me inclino y tiendo mi mano hacía ti, tú me miras desde tu dulce silencio y la tomas, un suspiro cruza entre nosotros y se derrama por los fondos marinos, por los acantilados del viento, por las selvas olorosas a orquídeas. Rozo delicadamente esa piel erizada por la cercanía de lo inminente, acaso imposible. Cierras los ojos liberándome del peso de seguir siendo y me dejo ir por el oleaje fuerte, dominante, arrebatador de tu perfume, respiro profundo para atrapar esa estela de mujer que me eleva en un misterioso éxtasis y me deja flotando en un nirvana donde poseo tu esencia más allá de tu voluntad inmutable. Me quedo ido pensando en como será hacerte el amor sin tocarte, sin el sexo que te aterra, hacerte sentir el amor en una ceremonia de iniciación que no te asuste, que te deje ser en tu esencia primordial, que nos vuelva pájaros o insectos, que nos diluya así sin más en un destello que quedará reflejándose para siempre en los espejos, en los fondos marinos, en los acantilados del viento, en las selvas olorosas a orquídeas.

1 comentario:

  1. Hermoso el inicio de ese instante puro e infinitamente único, saberse ahí, uno frente al otro, silencios compartidos, caricias libres y delicadas como alas de mariposas, ilusiones de dos y una iniciación hacia la eternidad de la pasión.

    Hermoso texto.

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