jueves, 24 de junio de 2010

EL ENTOMON

El embrión del éntomon se desarrolla en un huevo con forma de barril y de un color que va del blanco grisáceo al crema. Allí una especie de larva va creciendo en su interior por años hasta que eclosiona y su primer alimento es el cascarón. En los primeros días el breve monstruo tiene forma de gusano y pasa por cinco estadios larvarios en los cuales va aumentando de tamaño. Las larvas del primer estadio tienen franjas transversales de color negro, amarillo y blanco y se dedican únicamente a comer los brotes de las glicinas. En su segundo estado larvario tiene forma de un acaro gordo y tornasolado que lanza infinitos y pequeñísimos destellos esmeralda cuando se mueve. Su alimentación entonces son las babas frescas del caracol de las viñas. Los dos estadios siguientes, el tercero y el cuarto, los pasa succionado la savia de la mandrágora y son medusiformes, ambas larvas de un intenso color negro aterciopelado, y se distinguen porque el tercer estadio posee una fina línea anaranjada en el borde del ectodermis, quizás correspondiente a un muy primitivo anillo nervioso externo. El ultimo estadio es un horrible gusano color sangre seca, con muchas cerdas ocres en todo el cuerpo. Se alimenta de las larvas de la efímera y tiene un insoportable olor a alcanfor. En cada muda, el exoesqueleto viejo se rompe y sale la larva del siguiente estadio, esta forma un nuevo exoesqueleto suave que se va expandiendo por la presión sanguínea y que posteriormente, por acción química, se endurece. Cuando va a convertirse en crisálida, la larva deja de comer y elimina lo que le haya quedado de alimento en su tracto digestivo, elimina el último exoesqueleto viejo de larva y permanece inmóvil. La crisálida es gruesa, con forma oval, de color verde pálido a verde azulado, con manchas doradas y negras. Se esconde pegada cabeza abajo en los troncos y hojas de las plantas, donde se adhiere por medio del cremáster, un hilo grueso de seda que se encuentra al final del abdomen. Aunque es aparentemente inactiva y no se alimenta, en su interior van ocurriendo mágicos y complejos procesos bioquímicos. Los tejidos de la larva son disueltos mediante histolisis hasta convertirse en una densa sopa molecular, un denso liquido producto del gusano que se ha deshecho por completo. Luego esa masa primordial es utilizada en la histogénesis para el desarrollo de las estructuras adultas. Durante este proceso el intercambio gaseoso entre el dióxido de carbono y el oxígeno continúa a través del sistema traqueal, pero el organismo no se alimenta ni elimina desechos. Sin embargo, produce ácido úrico como desecho el que almacena en forma cristalina para luego ser eliminado como orina seca cuando se encuentre en su forma adulta, de esta manera se evita la pérdida de agua. La producción de ácido úrico como desecho nitrogenado es otra de sus adaptaciones para la vida en la tierra, ya que es menos tóxico que el amonio o la urea. Cuando se acerca la hora de que el imago emerja, se obscurece y su cubierta permite ver al engendro, pudiéndose percibir un misterioso color fucsia. El imago recién salido usualmente es de color pálido, sus membranas son suaves y están plegadas. Después de un tiempo, de aproximadamente cuarenta minutos, los tegumentos se expanden, se endurecen y la coloración ha adquirido su tono final. La vida del imago depende de la suerte que corra, es decir, si va a realizar migraciones, si es víctima de un depredador o de las condiciones climáticas, o si muere simplemente de viejo. El monstruo posee la inquietante capacidad de diapausa, un estado fisiológico de dormancia, y puede alargar el tiempo en determinado estadio, que por lo general es el de crisálida, para sobrevivir hasta que las condiciones ambientales sean las adecuadas. La ausencia de alas y patas lo obliga a permanecer en el mismo lugar donde se transformó de crisálida en imago. Su reproducción se realiza por partenogénesis, por lo que no necesita que haya unión de ambos sexos.

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