sábado, 12 de septiembre de 2009

LA FUENTE DEL MITO


Estas que me dictó, rimas sonoras,

Culta sí aunque bucólica Talía,

Luis de Góngora y Argote, 1613.

Los protagonistas son los usuales en los oscuros triángulos de celos y muertes, él, un palabrero, hijo de Poseidón y la ninfa Toosa, es un gigante barbudo con un solo ojo en la frente y las orejas puntiagudas de un sátiro. Ella, hembra núbil blanca como la leche y de hermosura cegadora, es una nereida sícura y sus padres fueron Nereo y Doris. El otro, un joven pastor insignificante, también trinacrio, viril y romántico, hijo de Pan y la náyade Simetis. El mito dice que aquella joven nereida habitaba el mar calmo que bordea la isla de la Sicilia. Era feliz y casta, elegida por los dioses que habitan el Etna para ser luz de Messina y Catania. Solía deambular despreocupada por las tibias arenas negras pisando las espumas de las aguas esmeraldas. El enorme monstruo de un solo ojo, enamorado de ella la seguía oculto y en silencio pues su torpe amor no era correspondido. Ella había sido atrapada en la fina red del amor del bello pastor. Un día reposaban ambos jóvenes en un roquerío al borde del Mar Medi Terraneum. La tarde era fresca y la brisa leve, altas gaviotas planeaban desde la misma Siracusa solo para romper el azul monotonía del cielo de la bella. Ella posaba dulcemente su cabeza en el pecho de su amante cuando la idílica escena fue rota repentinamente por el cíclope que desde lejos los descubrió. El pastor intentó huir pero el gigante le arrojó un enorme canto rodado que lo aplastó mortalmente. Desesperada por el dolor, ella acudió a la naturaleza de su madre Toosa y lo convirtió en un río de límpidas aguas que lleva hasta hoy su mismo nombre. Hoy el paisaje es uno de los paseos más agradables que se puede realizar en Paris, y esta en el interior de los Jardines del Palacio de Luxemburgo. Estos jardines son un remanso de paz y verdores en la siempre tumultuosa ville lumière. Es una verdadera belleza, muy elegante y de estilo muy francés, y allí las parejas de enamorados que deambulan entre la multitud de estatuas y esculturas que cubren las veinticinco hectáreas de los jardines del palacio, suelen representar en sus escarceos amorosos la escena inicial del mito. Ahora bien, en ese breve paraíso hay un punto pintoresco y por demás imponente, un estanque pequeño con una gran fuente en uno de los lados, que data del siglo XVI y copia el estilo de las fuentes tipo "gruta italiana". Es fama que el palacio de Luxemburgo fue diseñado imitando el estilo del Palacio Pitti de Florencia. Se construyó como regalo de Henry IV para Maria de Médicis, su mujer que tenía añoranza de los palacios y jardines de su Italia natal. Por desgracia el destino de esta otra bella tampoco quiso que lo disfrutara porque fue desterrada antes de su término. Está totalmente rodeada de árboles de copa alta, por lo que no es fácil distinguirla de lejos, quizás para evitar el ojo enemigo. Se la encuentra a unos cincuenta metros a la derecha de la entrada al parque por la puerta que da al Panteón. La bella fuente cuenta con un nicho central donde un grupo escultórico refleja el instante en que el cíclope descubre a la pareja de jóvenes. Éstos están esculpidos en delicado mármol, en una actitud amorosa que desprende ternura. Por el contrario el gigante está realizado en duro bronce y refleja la fuerza preocupante del que va a pasar a tomar sangrienta venganza. Una versión, nunca confirmada, declara que la nereida pertenecía desde un principio en cuerpo, alma y corazón al imponente engendro de un solo ojo, pero el impulsivo pastorcillo se enamoró de ella. Cuando el gigante cíclope descubrió tal irreverencia, celoso y encolerizado intentó matarlo lanzándole unas rocas, pero antes de que lo pudieran alcanzar, el pastor se transformó a si mismo en río y así evitó la tragedia. Cosa cierta es que cualquiera sea la versión, vivido el luto e impulsada por una ansiosa soledad, ella se entregó al horrible gigantón y de esta unión nacieron Gálata, Celto e Ilirio, epónimos de los pueblos de los gálatas, los celtas, y los ilirios. Pero esta noticia no cambia la poética geometría escultórica de la Fuente de Médicis, de claro estilo barroco italiano, la ópera barroca Acis y Galatea de Georg Friedrich Haendel, el poema barroco Fábula de Polifemo y Galatea que Don Luis de Góngora y Argote, dedicó al Conde de Niebla, el libro Fuente de Médicis, ganador del XVIII Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, del valenciano Guillermo Carnero, ese homo melancholicus, ni menos la toponimia del río Acis, il Fiume di Jaci. Vale.

Fuentes de la Fuente:

http://www.artehistoria.jcyl.es/ciudades/monumentos/2822.htm

http://lacomunidad.elpais.com/juanmanuel/2008/7/14/la-fuente-medicis-paris-

http://www.isftic.mepsyd.es/w3/eos/MaterialesEducativos/mem2000/mitologia/Mitologia/9fuente.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Galatea

Y otras menores.

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